Soy Ester Velasco y en diciembre de 2018, después de tres meses de pruebas, me diagnosticaron un tumor neuroendocrino ileal carcinoide con metástasis hepática. Los síntomas que me llevaron a la consulta tuvieron que ver con las dos válvulas afectadas del corazón. La complejidad de la situación puso al equipo médico en situación de valorar bien por dónde empezar.
En estos cuatro años he estado nueve veces en quirófano, además de la medicación y los tratamientos. Las operaciones han sido complejas y han tenido en algunos casos, complicaciones posoperatorias. Me gustaría deciros que por ahora se ha terminado este periplo, pero hace quince días que sé que no.
La enfermedad ha dado un revolcón a nuestras vidas. Algunos días pienso en los aprendizajes y otros me cabreo con el mundo. Hace dos años me concedieron la incapacidad laboral y aunque me dolió mucho porque mi trabajo era vocacional, ahora estoy agradecida.
Mi vida era plena y ya sabía lo que era importante en ella e intentaba vivirlo. La enfermedad me ha enfrentado a la vulnerabilidad física, psicológica y espiritual.
Nunca agradeceré bastante los cuidados de mi familia, amigos y personal sanitario. He peleado mucho en el hospital, a veces, tener varios especialistas lleva a que nadie coordine lo que va pasando.
Seguimos peleando con la esperanza de que se pueda controlar la enfermedad y nuestras vidas sean más sosegadas.
Enero, 2023